¿Cuáles son los síntomas?
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, IV [Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM-IV-TR) describe tres tipos básicos de trastornos relacionados con el consumo de sustancias adictivas. El consumo de sustancias adictivas puede convertirse en dependencia de sustancias adictivas o abuso de sustancias adictivas. Una tercera categoría la constituye el trastorno inducido por sustancias adictivas, que incluye problemas físicos o mentales que derivan únicamente de los efectos químicos de las drogas en el cuerpo.Según el DSM, existen once clases de drogas básicas: alcohol, anfetaminas (anfeta), cafeína, marihuana (hierba), cocaína, alucinógenos (LSD, éxtasis), inhalantes (poppers, pegamento, solventes), nicotina, opioides (heroína, morfina), fenciclidina (PCP, polvo de ángel), sedantes (Valium) y una categoría general de “otras” que incluyen sustancias menos comunes y medicamentos de venta libre. El diagnóstico es dependencia o abuso de cualquiera de estas categorías de drogas.
Dependencia de sustancias adictivas Se define como una dependencia física o fisiológica. Por ejemplo, si una persona sufre una dependencia física, puede experimentar tolerancia o abstinencia.
- Tolerancia significa que una persona necesita más de la sustancia para sentir lo que sintió cuando comenzó a consumirla. La tolerancia natural puede transmitirse en las familias y puede ser un signo de que una persona se encuentra en un mayor riesgo de desarrollar dependencia. Si existe tolerancia, una persona puede tomar grandes cantidades de una sustancia sin parecer estar intoxicada o drogada.
- Abstinencia significa que una persona se enferma si disminuye o interrumpe el consumo de la sustancia. Generalmente, esta es la razón por la que una persona continúa consumiendo la sustancia, para poder evitar los efectos desagradables de la abstinencia física. Anteriormente, la abstinencia se relacionaba con la “adicción”, pero actualmente, reconocemos que la abstinencia incluye diversos grados de dependencia física. Los síntomas pueden incluir temblor de manos, pulso elevado, agitación, náuseas o alucinaciones. La abstinencia repentina de algunas sustancias, como el alcohol o los sedantes, es peligrosa.
Abuso de sustancias adictivas Es un patrón de consumo compulsivo. Generalmente, cuando a los adolescentes se les diagnostica un trastorno de consumo de sustancias adictivas, manifiestan un patrón de consumo en exceso o compulsión por la bebida. No todo el consumo “recreativo” de sustancias se convierte en trastorno. Sin embargo, el consumo excesivo se convierte en abuso de sustancias adictivas. El consumo compulsivo puede producirse durante los fines de semana, las fiestas o en otras ocasiones sociales. Para considerar a alguien un “abusador” del consumo de drogas, esta debe causarle a la persona problemas importantes y producir un impacto negativo en su vida. Los efectos del abuso pueden afectar las relaciones sociales, familiares, legales, laborales y escolares. Si bien es menos grave que la dependencia, el abuso de sustancias adictivas puede provocar estragos. Los resultados pueden ser trágicos, incluso si un adolescente que se drogó solamente una vez conduce un vehículo. Si el consumo de drogas impacta en la vida de un niño en cualquiera de las siguientes formas, puede diagnosticársele abuso de sustancias adictivas:
- Consumo de drogas cuando es peligroso a nivel físico, como conducir bajo el efecto de las drogas, realizar deportes peligrosos, tener sexo sin protección o bailar en clubes (Raves, como lo llaman) hasta el punto de agotarse por el calor
- Conducta delictiva o delincuencia juvenil, como robar para conseguir dinero para comprar drogas, conducta indisciplinada en lugares públicos o violencia
- Problemas en el desempeño en el hogar, la escuela o el trabajo; las señales incluyen pasar mucho tiempo tras puertas cerradas, evitar tareas, cambios en el rendimiento académico, suspensión de la escuela o faltar al trabajo
- Problemas con las relaciones sociales, como discusiones con figuras que representan autoridad (maestros, entrenadores o padres) o un patrón de conducta desafiante o reservada que puede ser ajeno al carácter
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